sábado, 30 de junio de 2012

Etiología del miedo. La importancia de los periodos vitales.

Siempre estamos insistiendo en el blog de lo importante que es la ascendencia en los perros, eligir perros, mastines en este caso para trabajar, donde sus ascendientes hayan estado trabajando y se remonten lo mas atrás posible en el tiempo. Que un mastin sea un buen mastin puede ser debido a cualquier rasgo o combinación de rasgos superfluos que no sepamos ver pero estén ahí.

La selección por rasgos estéticos es lo mas alejado a lo que debe ser un animal de trabajo. Incluso tratar de encontrar algo que englobe las dos cosas, belleza y trabajo, sigue siendo igual de negativo, cada cosa para lo que es.

Podemos estar o no de acuerdo en que en el mastin de trabajo falta cuidado o selección, que necesita mejorar porque muchos ejemplares dejen mucho que desear, pero esta mejora, cuidado o selección, debe hacerse entre los mastines que nunca dejaron de trabajar, los que son como los de siempre y los que responden a un tipo muy parecido al de los mastines en el resto del mundo porque curiosamente realizan todos la misma función.

Poner a hacer las labores de un mastin a ejemplares que han sido seleccionados para belleza o tienen parentesco con ejemplares de belleza es lo peor que le puede ocurrir a cualquier raza de trabajo, esto es de sobra conocido por los profesionales de adiestramiento y etología canina y suele responder a necesidades de protagonismo o intereses tácticos por la raza.

Con este y otros artículos intentaremos tratar de entender y dar a conocer la importancia que tiene respetar el equilibrio que trae de serie el mastin español de campo o trabajo. Para colaborar en cualquier apartado bien con fotos, artículos o ideas nuestro correo es:    elmastinsemueve@yahoo.es



Etiología del miedo.
La importancia de los periodos vitales. (Rosana Álvarez Bueno)


El miedo es una de las características psíquicas que conforman el carácter de un perro, que deben ser tenidas más en cuenta de cara a una convivencia apacible y duradera de éstos con las personas. Sin embargo, curiosamente, es de las más ignoradas a la hora de elegir una raza o un individuo para que conviva con nosotros, con nuestros hijos, nietos o abuelos. Nadie piensa que un perro miedoso puede ser un problema en la convivencia diaria. En lo que más solemos pararnos a pensar, a la hora de adquirir un perro, es en su carácter agresivo, en si nos destrozará los muebles nuevos del salón o en si se hará sus necesidades dentro de casa.

Como en todos los problemas de comportamiento, es fundamental asesorarse previamente a la adquisición de un perro o gato, sobre su genética, su ambiente de cría y sus cuidados maternales. La conducta es el resultado de la interacción compleja entre genes del animal y ambiente en el que se cría. Además, la heredabilidad de un carácter es la proporción de la variabilidad de ese carácter que es debida a la herencia de los genes. Sabemos que para el carácter miedo, la heredabilidad es de 0,4-0,5. Es decir, que si su perro es miedoso y tiene descendientes, tendrá una probabilidad del 50% de que esas crías hereden el mismo carácter. Aún más, si el ejemplar que posee el carácter “miedo” es la madre- y dado que en la especie canina es ésta la encargada de otorgar los cuidados parentales- las crías se verán también influenciadas por un ambiente materno en el cual las enseñanzas irán encaminadas a “formar” hijos miedosos.

Entendemos por miedo la respuesta normal de autoprotección que muestra un animal frente a situaciones que son percibidas como una amenaza para él. El dolor, el miedo y otras formas de sufrimiento no ocurren en la naturaleza por azar o por capricho, sino que son producidas por la selección natural como mecanismos adaptativos, para evitar heridas y escapar a los peligros y representan una ventaja evolutiva tanto para el hombre como para otros animales.

En la Naturaleza las situaciones de conflicto o frustración que pueden ser causantes de una respuesta de miedo son frecuentes, pero no lo es el que se prolonguen. Sin embargo, si una situación que desencadena una respuesta de miedo en un animal se perpetúa en el tiempo, los mecanismos adaptativos se rompen, dando lugar a una situación de estrés patológico crónico que puede desembocar en la muerte del animal. Asimismo, si la reacción de miedo se manifiesta de forma excesiva o en contextos inadecuados, puede dar lugar a problemas de comportamiento como son: fobias, agresividad defensiva o ansiedad por separación.

Etiología del miedo a las personas

El tema que  nos ocupa en este artículo es el del miedo que pueden desarrollar los perros hacia las personas, ya sean todas en general o algunos grupos en particular como niños, ancianos, hombres, mujeres, personas de una determinada raza o vestidas de cierta manera y un largo etcétera.

Como he comentado antes, el carácter miedo posee la heredabilidad más alta dentro de los caracteres psíquicos o de conducta del perro. Es por ello que es el primer punto en el que tenemos que fijarnos antes de adquirir un perro, si es que queremos seleccionar la ausencia de este carácter. Asimismo, será también el primer factor a descartar si estamos tratando un caso clínico en el que intervenga el miedo o sea el problema principal.

Desgraciadamente, la mayoría de los llamados “criadores” hoy día seleccionan a sus ejemplares únicamente por su morfología, obviando las características conductuales de progenitores y futuros cachorros. Esto nos lleva a que existan cada vez más problemas de miedo genético en los perros destinados a compañía e incluso, aún peor, en otros destinados a trabajos especiales y que caen en manos inexpertas que no efectúan un análisis de la conducta antes de comenzar el trabajo con el perro.

Para prevenir o evitar este problema en los perros destinados a la cría utilizamos el “Índice psicomorfológico de selección”, en el que analizamos tanto las características morfológicas como las conductuales del individuo.

En contra de esto, y afortunadamente, cada vez hay más concienciación de profesionales y profanos en el conocimiento y las bondades del uso de la  Etología como ciencia y como medida para la consecución de una mejor convivencia con nuestras mascotas y de la asignatura pendiente del bienestar animal. Un buen especialista se molestará en realizar, antes de comenzar a trabajar con un perro, un análisis de las conductas instintivas y de las cualidades psicofísicas (sensibilidad y recuperación, intrepidez, tenacidad, temple y resolución)

Si tras una concienzuda anamnesis de un caso clínico llegamos a la conclusión de que la causa del miedo de un perro es genética, podemos olvidarnos de solucionar el problema. Contra lo que hay escrito en los genes no podemos hacer nada. Solamente nos queda someter al perro a un programa de manejo adecuado basado en la desensibilización, ayudado o no por medicación y feromonoterapia, esperando que el miedo no se generalice. Por supuesto, lo ético y correcto sería eliminar a ese animal de la cría.

Las otras dos causas posibles del miedo hacia las personas serían un fallo en la socialización temprana y una experiencia traumática sufrida por el animal. De las dos, la experiencia traumática tiene un mejor pronóstico. Puede ocurrir en casos en que el cachorro o el adulto hayan estado sometidos a un mal manejo por ciertos grupos de personas o en los que el animal se haya sensibilizado hacia una persona, por coexistencia en espacio y tiempo con otra situación o estímulo traumático. En estos casos puede existir una generalización de la reacción ante otras personas de las mismas características que la implicada en el suceso. Para que nos entendamos pondré un ejemplo: un perro puede tener miedo a los niños porque de pequeño era sometido a experiencias traumáticas por un grupo de éstos; o bien porque se sensibilizó a la presencia de los mismos, cuando un día jugando en la calle con un grupo de niños, tuvo una reacción de pánico por el estallido de una gran cantidad de petardos lanzados por la pandilla.
La solución en el caso de la experiencia traumática tiene un buen pronóstico, en cuanto a que se trata de desensibilizar frente al estímulo que desencadenó en su origen la respuesta de miedo. En el ejemplo propuesto, el programa de tratamiento se basaría el manejo con los niños, añadiendo los petardos en el caso de la sensibilización. Por supuesto, dependiendo de que el nivel de miedo alcanzado en el animal sea más o menos incapacitante, podremos añadir la farmacoterapia y las feromonas apaciguantes.

La importancia de la Socialización y las Manipulaciones neonatales


Nos queda una tercera causa por analizar en la etiología del miedo de los perros a las personas. Hablamos de un fallo en la socialización temprana del cachorro, factor que ocupa el segundo lugar en importancia y en pronóstico después del control genético.

Entendemos por periodo de Socialización del cachorro al comprendido entre las 3 y las 12 semanas de vida del mismo. Este periodo en las especies altriciales, al igual que el imprinting que describió Lorenz en las especies precociales, permite al animal impregnarse definitivamente de la conducta social y sexual propia de su especie, así como aceptar al hombre en un imprinting heteroespecífico. Es decir, un perro bien socializado aprendería a “ser perro” y a aceptar al humano como especie amiga.
Esto se consigue exponiendo al cachorro, en un momento determinado del periodo de socialización, a la presencia de humanos.

Las Manipulaciones neonatales consisten en ampliar y completar las que la madre otorga a los cachorros dentro de los cuidados parentales. Una perra no tiene por qué enseñarle a sus cachorros a convivir con los humanos, a establecer unas normas sociales con ellos ni a integrarse dentro de la estructura familiar. Ella les enseñará a “ser perros” y ya tendrá bastante con eso. Es responsabilidad nuestra, ya que los hemos introducido en nuestra vida como compañeros, el mostrarles lo que les falta para ser “ciudadanos” conviviendo con nuestra especie.
Se pueden encontrar muchos de estos programas de manipulaciones adecuados a la especie en cuestión. El utilizado por mi grupo de investigación combina la sencillez en su aplicación y  el éxito ya comprobado en diversas camadas.

Si un perro no ha sido sometido antes de los 3 ó 4 meses de edad a la presencia y a las manipulaciones de personas, lo más posible es que sufra, más tarde o más temprano, algún problema de miedo hacia ellas. Esta relación no debe limitarse únicamente a adultos, sino que debe ser lo más variada posible, siendo normal un problema de miedo a personas del sexo masculino en un perro que no ha sido sometido en la camada a la presencia de éstos, aunque sí haya estado en contacto con niños y mujeres; o un problema de miedo a personas desconocidas, si los cachorros sólo se han relacionado con la familia.

Los fallos en la socialización son muy difíciles de corregir, aunque su pronóstico es mejor cuanto más joven sea el animal y menos complicado sea el problema. Las técnicas son las ya comentadas.

Los periodos vitales del perro.

El comportamiento social del perro comienza al nacimiento y se va complicando y desarrollando a medida que el cachorro se va convirtiendo en adulto. El aprendizaje social va pasando por los estadios de la socialización, el desarrollo de las relaciones de dominancia- sumisión, la maduración del comportamiento y las interacciones entre los individuos del  grupo. Los estudios más completos al respecto sin duda son los de Scott y Fuller.

La existencia de los llamados periodos críticos está basada en el hecho de que determinadas experiencias importantes deben ocurrir en  unos periodos de tiempo concretos, o de otra manera la oportunidad de este aprendizaje no se volverá a dar más adelante. Los dos factores implicados en que aparezcan estos momentos son la oportunidad y facilidad de que ocurran nuevas relaciones sociales y el desarrollo de la capacidad de la memoria. Estos periodos sociales o vitales son 4: neonatal, transición, socialización y juvenil.

El periodo neonatal comprende las dos primeras semanas de vida, justamente hasta que el cachorro abre los ojos y los oídos y de esta manera se prepara para nuevas experiencias sensoriales. A causa de la inmadurez física y neurológica existente a esta edad, la actividad de los cachorros en este periodo se limita a los patrones propiamente infantiles: el sueño y la alimentación a través de la leche materna. Solamente los estímulos táctiles procedentes de la madre y de los compañeros de camada harán que los cachorros tengan algo de actividad.

El periodo de transición comienza cuando se produce la apertura de ojos y oídos y dura una semana. Durante este tiempo los cachorros pasan de reptar para cercarse a la madre y a sus hermanos a elevarse sobre las patas adoptando lo que ya sería una postura parecida a caminar. De esta manera comienzan a alejarse de la paridera y a explorar nuevos estímulos.

El periodo de socialización es sin duda el más importante en la vida del cachorro relativo a las interacciones sociales. Comienza a las 3 semanas de edad, cuando el cachorro es capaz de separarse de la madre, y dura hasta las 12 semanas, edad a la cual los patrones de comportamiento infantiles terminan y los cachorros son más atraídos por la interacción con el ambiente que por la de su madre y hermanos. Durante este periodo observamos la mayor maduración neurológica, física y conductual. El sistema locomotor es capaz de permitir que los cachorros reaccionen al ambiente, el sistema nervioso se acerca al del adulto y comienza el aprendizaje. Todo lo que pretendamos que el cachorro entienda, asimile y aprenda debería ocurrir en este corto periodo de tiempo… ¡Un gran trabajo nos queda por delante!
Los cachorros comienzan la tendencia a cercarse a los extraños a la edad de 3- 5 semanas. Pero a su vez, progresivamente comienzan la tendencia opuesta alcanzando el pico de evitación a la edad de 14 semanas. Esto es un hecho que en condiciones naturales favorece la supervivencia previniendo el contacto con posibles depredadores.
Si nosotros privamos a un cachorro desde el nacimiento hasta las 14 semanas de contacto total con humanos, en el futuro tendremos un perro que nunca tolerará la presencia cercana de uno de nosotros. Es decir, siempre se sentirá incómodo, y manifestará un comportamiento lupino huidizo, o de miedo en el caso de que no tenga escapatoria.
Si por el contrario, privamos al cachorro en el mismo periodo del contacto con perros, y crece con humanos, este perro tendrá serias carencias y conductas anómalas en el plano social y sexual con los de su propia especie.
En otro plano de cosas, el cachorro que permanece confinado a una jaula como único ambiente conocido, desde las 8 semanas hasta los 6 meses de edad, o desde el nacimiento hasta las 14 semanas, presentará un miedo generalizado a otros ambientes diferentes. Incluso aquellos que han sido criados en ambientes pobres en estimulación, mostrarán dificultades de adaptación a ambientes más abiertos, complicados y estimulantes, llegando en casos extremos a una falta total de interés por explorar nuevos ambientes fuera del conocido.
La edad que habitualmente es usada para separar a los cachorros de sus madres y hermanos de camada sería desde las 6 a las 8 semanas, coincidiendo con la edad natural en la que la madre desteta a los cachorros y les enseña independencia en sus actos. Esta separación y cambio de ambiente para convivir con humanos se ha visto que acelera el proceso de socialización con los mismos. Pero no entendamos mal, para que el cachorro se socialice con el humano no es necesario que lo reforcemos con comida ni que prestemos atención a sus lloros y ladridos causados por el distrés de la separación. El proceso se lleva a cabo por sí solo. Si esta separación de los cachorros de su camada no se lleva a cabo, se deberá permitir el contacto diario con humanos desde las 6 hasta las 12 semanas. Y me refiero a todo tipo de humanos.
No obstante es preferible que el cachorro permanezca con su camada hasta que finalice el periodo de socialización, obviamente con las premisas que hemos comentado sobre el contacto con otras especies y la estimulación ambiental.

Según los estudios realizados con cachorros, el aprendizaje estable comienza a partir de las 8 semanas de edad. Si sometemos a un cachorro de 8 ó 9 semanas a una experiencia negativa, será capaz de memorizar esa experiencia y reaccionar igual si esta se repite. Sin embargo, quién no ha visto cachorritos de 5 ó 6 semanas repetir una y otra vez el acercamiento a un gato que le ha dado un zarpazo. Si el acontecimiento negativo supone un trauma para el cachorro, este puede desocializarse y reaccionar con miedo o evitación ante sucesos similares. Un buen ejemplo podría ser la vacunación en la consulta del veterinario. Por el contrario, si la experiencia la llevamos a cabo con un cachorro de 12 semanas de edad, la socialización ya se ha realizado, con lo que aunque haya refuerzo negativo, el cachorro tenderá a acercarse al humano, más que a huir de él, debido a que la socialización ha hecho que se sienta seguro a su lado.

Por último, el periodo juvenil se extiende desde las 12 semanas hasta la madurez sexual. Si la socialización del cachorro no se sigue recordando durante este periodo se perderá en aproximadamente unos 6 meses. Si no ha sido socializado previamente, será un perro con problemas conductuales de uno u otro tipo el resto de su vida. Durante el periodo juvenil, el cachorro aumenta su interés y su capacidad para explorar nuevos ambientes y seguir su aprendizaje; pero si previamente no tuvo contacto con humanos, los evitará constantemente. En general, la capacidad de aprendizaje aumenta y alcanza su máximo desarrollo, aunque el condicionamiento es más lento que en el periodo anterior.

Consecuencias de los problemas de miedo a las personas


Como en todos los casos de problemas de conducta, lo esencial es el asesoramiento previo de cara a la prevención. En esto es en lo que hacemos hincapié hoy día los profesionales que nos dedicamos a la conducta.

La prevención la abordamos, como ya hemos comentado, desde la selección genética de los individuos y las manipulaciones de las camadas y el ambiente para conseguir una correcta socialización. Quiero destacar que estas técnicas deben ser llevadas a cabo y asesoradas por profesionales en la materia, no es adecuado cualquier tipo de manipulación ni en cualquier momento.
En cuanto a los casos clínicos de miedo ya establecidos, debemos recurrir lo antes posible al especialista, ya que lo que se piensa que no es un problema en su inicio- y que hasta resulta gracioso- puede llevar a desencadenar una agresión a un niño, una persona desconocida o a su propio dueño, simplemente al intentar acariciar al perro.

Por otra parte, un manejo inadecuado del problema puede desembocar en otros problemas de conducta añadidos (ansiedad por separación, fobias y  estereotipias) o en acentuar los ya existentes. Un ejemplo lo tenemos en los  castigos indiscriminados, que sólo provocan en el animal confusión y más miedo, entrando en una espiral sin fin que puede desembocar en un estado de inhibición de toda conducta y relación con el ambiente.



miércoles, 13 de junio de 2012

Los mastines españoles de los Campano, los últimos Mohicanos de Madrid.

Eduardo y Jesus son dos jóvenes ganaderos pastores que todavía trabajan en el cada vez mas urbanita suelo de la provincia de Madrid. Sus mastines proceden de la provincia de Segovia fruto de la relación que mantienen todavía con pastores de esa zona.
Tienen sus mastines y ganado en una zona que, por su proximidad a la capital y la mentalidad del ladrillazo de los últimos años, a cambiado radicalmente en poco tiempo pasando de ser tierras de campo a nuevo pueblo dormitorio. De esta manera las personas que han dedicado toda la vida a las labores del campo se ven cada vez mas desplazadas y tienen cada vez mas difícil continuar con sus trabajos debido al "progreso".

No muy lejos de donde están estos ganaderos, hay también otros dos ganaderos hermanos de los que hablaremos en otra próxima entrada. Hasta hace relativamente poco hacían todavía una pequeña trashumancia (trasterminancia) desde esta zona hasta Segovía, por lo que parece que la relación de los ganaderos de esta parte de Madrid con los de la provincia de Segovia viene de lejos.


Aqui tenemos a Eduardo rodeado de parte de sus funcionarios. Son los mastines que siempre han tenido personas como el, estupendos mastines que les han sacado las castañas de fuego durante generaciones y generaciones.

Ahi estan Sultan (en un circulo blanco) y un hijo de Alejandro, otro mastin de Eduardo llamado así guardando el ganado.



En esta foto vemos a Alejandro, el mastin de la izquierda y a su hijo, el que sale en la foto de arriba. Dos grandes mastines, preciosos con buenos aplomos y un movimiento agil y suelto y potente para su tamaño, lo cual hace las delicias a los ojos de cualquiera que le guste el mastin.

Este es el hijo de Alfredo con mas detalle. Un mastin de unos 80 cm. de aspecto natural y proporcionado, lo cual seguramente le permite moverse con facilidad pese a su tamaño. Cuando hablo con algunos amigos sobre el mastin es curioso la imagen que tienen sobre él muchos de ellos, piensan que es un perro grande, lento, linfatico, pesado, baboso... Esto viene de la imagen que ha creado la cinofilia oficial de él en los ultimos años. Yo les digo que hay mastines grandes, pequeños y medianos pero que un buen mastín no es como los que están acostumbrados a ver en revistas y concursos. Hay mastines como este y los que salen por todo este blog que tienen un movimiento suelto y envidiable, que para nada son perros linfaticos y que de conocerlos les encantarían. 




Este es Alejandro, padre del mastin anterior. Vemos por su aspecto que es un mastín fuerte, pero como siempre sucede en los mastines de campo o lineas de trabajo sin extravagancias o caracteristicas inútiles y contraproducentes. Al verle pensábamos y apostabamos a que pesaría unos 70 Kg. pese a haber pesado mastines mas voluminosos que él y que no pasaban de 68-69 Kg. Bien, pues su peso fueron 62.5 Kg. para una altura de 81.5 cm. Aproximadamente 20 Kg menos del total de la altura, esta proporción se da de forma habitual en el mastin español de campo. 


Un ejemplo mas de una típica cabeza de mastin español de linea antigua, de los de siempre. Nada es gratuitamente desproporcionado, demasiado grande o pequeño, nada es raro o desentona fruto del filtro que supone llevar a su espalda siglos de selección. No olvidemos que el trabajo o la función, ayudados por la mano del hombre, han creado las razas. Más adelante con la aparición de los concursos caninos, las exposiciones y el negocio de los perro como mascotas o animales de compañía el filtro de selección para el trabajo desapareció en pro de una selección puramente humana, artificial, buscando otras cualidades.  Precisamente este no es el caso del mastin español que se ha mantenido en el campo trabajando como sus ancestros.

Siempre que vamos a ver mastines no gusta tambien ver el tamaño y estado de sus dentaduras. Es curioso la diferencia que se ve en esto con lo que yo llamo dogo español, el nuevo mastin español de lineas de belleza. Cuando vemos una dentadura de un perro esta ya de por si es espectacular, pero hay que fijarse bien, los colmillos deben ser claramente grandes y no dejarnos impresionar porque nos muestren simplemente una dentadura, insisto, los colmillos deben verse claramente grandes. El tamaño debe llegar al menos a 21-22 m.m. en los machos si tenemos oportunidad de medirlos.



Es una pena que ahora esté de moda importar mastines de otros países como por ejemplo la zona de Asia Central, Turquia o el Caucaso, teniendo en España los mastines que tenemos. Esta foto bien podría parecer la foto de un mastín de cualquiera de esas zonas si no nos dijeran lo contrario.


Vamos ahora con el caporal del grupo de mastines de Eduardo, uno de esos mastines entrañables por su saber estar y por la austeridad y rusticidad de sus formas. Normalmente un mastín así pasa casi desapercibido para las personas que hemos formado nuestra opinión sobre lo que es un mastín viendo revistas y concursos donde aparece un tipo de perro mas llamativo y con un aspecto mas solemne. Yo entiendo que es difícil habiéndonos educado en ese ambiente llegar a comprender bien lo que es un mastin español de campo o trabajo. Ese es Sultan, genio y figura (agradecemos la colaboración de un Amigo del Mastin Español de Campo por cedernos amablemente esta foto).

Su dueño nos dice que cuando esta suelto salta las cancillas cuando quiere. Viendo el porte, la forma de su cuerpo, no nos extraña. Yo me imagino lo que debe ser ver a un mastín tan potente como Sultan moviéndose por el monte entre retamas, piedras, repechos... Un animal así defendiendo el ganado es impagable.  


El tamaño de la cabeza engaña, de lejos no se aprecia muy bien, pero aqui el tener la mano (que no es precisamente pequeña) como referencia vemos que es impresionante. Ademas estas cabezas son como son, quiero decir que el exceso de piel, de labio, o de oreja muchas veces hacen parecer a las cabezas mas grande de lo que en realidad son. Aquí todo lo que se toca es cabeza.

Decir: detalle de la cabeza de Sultan, es sinónimo de decir detalle dela cabeza de un mastín. Asi a simple vista  Sultan es rustico a rabiar,  pero cuando llegas a ponerle la mano encima, con su dueño sujetándolo, ya digo que este mastín no es manco, y puedes sentir su piel dura y el áspero y espeso tacto del pelo de invierno; es casi como si tocaras un animal salvaje, un animal que no ha sido modificado por la mano del hombre. Si le pusieramos, le quitáramos o le exageráramos cualquier rasgo de su cuerpo para mí ya no seria lo mismo.  



La que faltaba. Leona (en el circulo blanco), hermana de Sultan. Vaya dos mastinazos, buena linea tiene ahí Eduardo junto con los otros dos que se ven, Alejandro y su hijo.

Leona estaba en ese momento preñada de la camada anunciada en está pag. (ver camada) Le quedaban horas para parir y no estaba para muchas bromas incluso con sus dueños, ni que decir como mantenía a raya a los demás animales. 


Aqui la tenemos a la obre mostrando su barriga, incordiandola un poco.

Si impresionante es Sultan, no menos impresionante es su hermana Leona. Aqui ya aparece con sus cachorros en la paridera.

Las nuevas generaciones de mastines de linea antigua, de mastines de ahora,  de mastines de trabajo.